Antes de lanzarse a resolver cualquier daño en el granito, se debe llevar a cabo un análisis meticuloso del tipo de daño existente. ¿La razón? Cada tipo de daño requiere un tratamiento específico. Por ejemplo, las manchas de aceite necesitan un tratamiento diferente al de las grietas. Evaluar correctamente el tipo de daño garantiza al máximo la efectividad de la reparación.
El granito, con su durabilidad extrema, tiene una dureza de 6-7 en la escala de Mohs, lo que lo convierte en uno de los materiales más robustos para encimeras y otras aplicaciones. Sin embargo, esa resistencia no lo exime de peligros como el desgaste o manchas múltiples, que pueden requerir atención profesional. Por eso, muchos prefieren buscar a un experto antes de proceder, especialmente si la superficie tiene un alto valor monetario y estético.
Empresas especializadas en la reparación de granito, como Stone Medic, han señalado que cerca del 75% de los daños que a menudo se observan en el granito son básicamente evitables con un correcto mantenimiento. Esto incluye utilizar productos de limpieza adecuados que no sean abrasivos. ¿Sabías que el uso continuo de amoníaco u otros limpiadores fuertes puede desgastar selladores y hacer al granito más propenso a las manchas?
Una limpieza adecuada antes de cualquier intento de reparación es crucial para lograr resultados eficaces, eliminar toda suciedad, grasa o residuo de jabón asegura que los materiales de reparación adhieran y funcionen correctamente. La limpieza implica el uso de un limpiador con ph balanceado y detergentes suaves. Con certeza se garantiza una reparación más eficiente.
Considerar el costo de los materiales de reparación también es esencial. Un kit básico de reparación de granito puede variar desde 30 hasta 100 euros, dependiendo de la magnitud del daño y la calidad de los productos. Sin embargo, en algunos casos de daños severos, las reparaciones pueden exceder varios cientos de euros. Puede ser la ocasión perfecta para sopesar si es más efectivo contratar servicios especializados que garanticen un acabado profesional y duradero.
Tomarse el tiempo para preparar adecuadamente el área de trabajo también constituye un paso no negociable. Proteger las áreas circundantes como muebles o electrodomésticos evita daños innecesarios. El polvo del lijado o de los compuestos puede crear estragos inesperados en otras superficies, lo cual se previene con un correcto cubrimiento y organización del espacio. Este paso puede parecer trivial, pero el ahorro en tiempo y dolores de cabeza futuros es notable.
En definitiva, quienes se adentren en la aventura de arreglar el granito deben recordar estos pasos previos como el verdadero comienzo de un acabado impecable. Cualquier desliz o descuido en esta fase podría no solo complicar la reparación, sino también incrementar el costo y esfuerzo necesarios para corregirlo.